Muy grande para ser gato.-
Fue el lunes a las 10 de la mañana en una casa de la maestra Liliana Álvarez, frente al río Blanquito, por la avenida Calchaquí y calle Yastay en Tafí del Valle, a unas 10 cuadras del centro de la villa. “Es un terreno escarpado, con plantas frutales, nogales, sauces, pinos. Al lado de mi casa vive mi primo, Pablo González, que tiene muchos perros”, contó Liliana. “Los perros ladraban mucho hacia un pino. Pablo vio que había un animal que le parecía muy grande para ser un gato. Cuando quiso salir para ver más de cerca se había descolgado del pino y se pasó a un sauce mimbre. Mis perros también empezaron a ladrar; ahí salí a ver qué pasaba”.
“Erizadito”, rodeado de perros.-
“‘Mirá la visita que tenés’, me dice mi primo. Yo pensé que era un gato, porque tengo uno de un color parecido. ‘¡Eso es un puma!’, me dice Pablo. Estaba trepado muy arriba. Yo tengo largavista y me di cuenta de que estaba muy nervioso. Se le notaba el pelaje erizadito. Era por los perros, que no se movían y tenían rodeado el árbol. La rama sobre la que estaba no era muy fuerte y estaba corriendo mucho viento”, reconstruyó Liliana.
Por la calle de los veraneantes.-
“No me asusté porque veía que era cachorrito. Si bien sé que son animales que pueden ser peligrosos, pensé: ‘no va a atacar, tiene más miedo que yo’. La cosa era qué iba a pasar cuando bajase. Llamamos a los Bomberos y a la Policía. Llegaron y nadie sabía como bajarlo. Vino una veterinaria y aconsejó no sedarlo para bajarlo, porque podía caerse y fracturarse. Nos dijo que nos alejemos para que él pueda relajarse y pueda bajar. Sacamos los perros y ahí se descolgó del sauce y se fue. Tomó la otra calle, por el pasaje Yastay, donde hay muchas casas, pero están todas cerradas: son de veraneantes. Hay muchos árboles por ahí. Fueron los Bomberos a buscarlo pero ya no lo hallaron”.
Primer cachorro en la villa.-
“Nos llamaba la atención que se haya venido hasta aquí. Yo soy maestra jardinera en una escuelita de El Potrerillo, donde la gente tiene muchas ovejas. Una vez, hace años, en invierno, cuando escasea el alimento, durante una salida con mis alumnos, los chicos me dijeron: ‘mire seño, un puma león”. Lo vimos con el largavista y ahí sí me dio miedo. Era grandote. Pero este es muy chiquito. Quiera Dios que lo hayan podido encontrar y lo hayan mandado de vuelta a su hábitat. Es cachorrito, posiblemente le ha pasado algo a la madre...”
Triste, solitario y final.-
Ayer circuló por redes sociales la versión de que al puma lo habían matado. El jefe de Bomberos de Tafí del Valle, Ulises Choqui, dijo que escuchó esa versión, pero aclaró que no tenía confirmación oficial. “Lo vieron (ayer) cerca del lugar donde apareció el lunes, entre Los Cuartos y la Quebradita. Y se comentó por redes sociales de un señor que tenía al hombro un puma”, dijo.
Invierno, época crítica.-
Juan Pablo Juliá, director de la Reserva Horco Molle, explica que el invierno es una época crítica para la mayoría de las especies. “Encuentran poca comida. Posiblemente este puma es inexperto, no sabe cazar, anduvo vagabundeando y no conoce al hombre y se encontró en la ciudad. Puede ocurrir que esté buscando territorio, expulsado por animales adultos. Y ahora es más frecuente que se adentren más de lo normal. En Argentina aparecieron un par de casos de pumas (en el sur) y un aguará guazú en un barrio urbano en Santa Fe. Hay menos gente en las calles, los animales cuando se encuentran con humanos se retraen”.